viernes, 23 de octubre de 2009

El engranaje








Un día más, un paso más en el monótono recorrido de mi vida…levantarme temprano, antes de que el vuelo nocturno acabe, pegar un salto, desconcertado ante ese ruido persistente que indica que llegó el momento, que este pequeño engranaje en el que me he convertido debe ponerse en funcionamiento, que más allá de ese mundo de ensueño que construyo, se presenta ante mis ojos lo real, esa gran maquinaria montada a través de los siglos, que se alimenta de mí ofreciéndome a cambio algunas migajas.

Cumplo paso a paso, casi como un autómata, cada uno de los mandatos; los años me han ido transformando en esto y cada uno de los días que se suceden van configurando de manera más trágica esta cadena de la que formo parte y de la que me resulta inimaginable escapar…y es que ya no sueño, al menos no como lo hacía antes, poco a poco y después de muchas frustraciones, decidí o acepté, mejor dicho, que es mucho más cómodo y seguro este lugarcito oscuro y monótono que obtengo a cambio de mi adecuado funcionamiento dentro de la gran máquina.

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