martes, 9 de noviembre de 2010

La hija del coronel


Julián tiene 30 años, fue preso político y cuando se refieren a su órgano sexual dicen que es un superdotado.
Vivian, 18 años recién cumplidos, no conoce el sexo y sufre de vaginitis, novia de Julián e hija del coronel que ordenó torturarlo. Ha decidido hacer el amor con Julián.
En la habitación ella pidió que sólo dejasen encendida la luz del baño. El  esbelto cuerpo desnudo atravesó la penumbra durante el andar de la joven apagando y encendiendo luces. Julián la miró y se dijo con  sadismo que destruiría a esa flor que se disponía a abrir sus pétalos.
Cuando el órgano sexual de Julián se asomó en el interior de la muchacha se escuchó un quejido feo, gutural, desgarrado; las manos mojadas de Vivían tomaron el rostro del hombre. Julián percibió el hedor denso de los cuerpos torturados, recordó la picana ávida que buscaba sus carnes para hacerlo sufrir reventándole los oídos y el cerebro, escuchó el canto del torturador que disfrutaba con su dolor…y se alejó del cuerpo de la muchacha y de la cama. Se visitó en silencio y dejó la habitación.
La mayoría de las venganzas, grandes o pequeñas, no se llevan a cabo porque el vengador desiste, es que el odio no es inmune al tiempo y a la inocencia.
                                                                                                                                            Andrés Cañas

No hay comentarios: